11 de junio de 2011

Roberto Arlt y la independencia de los medios masivos

“-¿Dígame, que es lo que hay de cierto en todo lo malo que se dice del comunismo: Es posible que todos los diarios mientan a sabiendas sobre el comunismo?

Entonces no queda otro remedio que explicarle a esa gente que los diarios no tienen otra fuente de información que ciertas importantísimas agencias telegráficas e informativas extranjeras las cuales, a su vez, no son independientes sino que se encuentran al servicio de potentísimos capitales, y que a su vez estos potentísimos capitales no son independientes como se pudiera creer, si no, que se hallan organizados por directorios de accionistas... una novela de nunca terminar y que pone al descubierto cuán complicadísimas son las marañas del capital. (Léase "Citröen", de Ilya Eremburg).

¿Es cierto que las empresas de diarios no son independientes...?

Se experimenta una especie de terror cuando se piensa en todo lo que ignora la gente, y que uno de buena fe creía que estaba enterada en la misma medida del propagandista.”

Fragmento extraído del texto  “La angustia de los aprendices”, de Roberto Arlt, compilado en  Crónicas periodísticas

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